Sugerencias:
Como en todas las meditaciones de Luna llena, lo más indicado es realizarla al aire libre, con una vela encendida delante de cada uno y otra en el centro del círculo. Si esto no es posible también puedes preparar un pequeño altar en el que estén presentes los cuatro elementos: Tierra, Agua, Fuego, Aire.
IDEA CENTRAL DE LA MEDITACIÓN: ECUANIMIDAD
Cierra los ojos y disponte a relajarte. Respira profundo varias veces hasta encontrar el ritmo de tu respiración tranquila y pausada. Percibe la magia de la Unidad fluyendo por todo tu ser.
Vuelve a conectar con tu respiración para ir entrando, poco a poco, en una relajación más profunda. Imagina que con cada espiración, se aleja cualquier pensamiento, emoción o preocupación que te distraiga en este momento.
Repite mentalmente: ECUANIMIDAD, ECUANIMIDAD, ECUANIMIDAD
La ecuanimidad es una poderosa energía de precisión, armonía y equilibrio. Es una respuesta imparcial proporcionada, por un ánimo estable y justo ante las vicisitudes o adversidades, por una mente firme e imperturbable ante el elogio o el insulto, la ganancia o la pérdida, lo agradable y lo desagradable. La ecuanimidad es compasión y nunca es frialdad, desinterés o falta de sensibilidad. La ecuanimidad nace cuando uno no se aferra a lo agradable y no añade sufrimiento a lo desagradable.
Disponte a experimentar la ecuanimidad, imagina que puedes lograr una visión equilibrada y clara, que sabe ver la realidad y la acción de las leyes de la naturaleza en el fondo de los eventos y fenómenos. Siente la ecuanimidad en tu corazón y permite que fluya hacia todos los seres.
Repite mentalmente: ECUANIMIDAD, ECUANIMIDAD, ECUANIMIDAD
Permanece en silencio y continúa con la práctica por unos momentos más. Cuando termines, deja flotar tu conciencia libremente. Espera unos minutos antes de abrir los ojos y volver a tus actividades. Namasté!